30 ago 2016

La bendición del río


Sea tu vida como el largo río.
Fuerte y cantarín al comienzo,
derrochando vigor y energía sin esfuerzo,
capaz de horadar montañas,
lleno de belleza, pureza y salud.

Que en tu camino bebas de muchos otros ríos
que las fuentes, manantiales y afluentes
colmen tus aguas de experiencias y descubrimientos
que seas lleno de vida, 
con fertilidad desbordante que todo inunde a tu paso.

Y que al final sea tu curso sereno y calmo,
llevando tus aguas sin prisa y sin pausa en tu trayecto último,
de superficie tranquila pero profundas aguas llenas de sabiduría,
con un caudal imparable y seguro que recoge la memoria del camino recorrido.

Y sea tu fin como lo es el de un río:
la desembocadura en el gran mar al que todas nuestras aguas van a parar, sin dolor ni pesar,
con la seguridad de que en tu curso habrás llevando vida y alegría allí por donde has pasado
y con la certidumbre de que, bajo la luz del Sol, tus aguas se alzarán a los cielos 
para volver a inundar la tierra con tu bendita presencia de nuevo.

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