20 nov 2016

Mitos modernos y su validez no-histórica


Ayer (a saber cuándo fue ese ayer) escuché esta magnífica conferencia mientras trabajaba: "Cuentos y juegos como herramientas de conocimiento" de Jesús Callejo. que fue el complemento perfecto para el último programa de Encrucijada Pagana (cuando escribí originalmente este texto no anoté qué programa era, pero creo que me refería al dedicado a Marija Gimbutas). Tanto uno como otro han dado voz a unas reflexiones que llevaba tiempo haciendo dentro de mi.

Como no me gusta ir al grano de los asuntos, empezaré comentando una anécdota de un ensayo que leí recientemente: El animal público, de Manuel Delgado. En él, hacía referencia a una tribu de nativos americanos a los que se les dio una cámara para que documentaran su vida como ellos quisieran. Lo que se encontraron los antropólogos es que habían grabado de manera casi exclusiva los momentos de tránsito, cuando caminaban. Estos investigadores lo atribuían a la gran importancia que le daban a esos momentos intermedios, a la preparación y antesala de los grandes acontecimientos, en vez de a los propios eventos en sí. Y el autor lo usaba para justificar sus teorías sobre la importancia del espacio público.

Me ha recordado mucho a cuando voy de vacaciones con una cámara. Generalmente, la cantidad de fotos que saco es directamente proporcional a lo mucho que me aburra. Así, me suelen quedar casi sin fotografiar aquellos momentos clave y donde mejor me lo paso, porque en esos momentos precisamente es cuando me centro en el presente, en divertirme, en disfrutar. No en sacar fotos. Con eso vengo a decir que a veces las explicaciones son más simples de lo que pensamos. Quizás los indígenas no grababan sus tránsitos porque fuera lo importante para ellos, sino que quizás era entonces cuando se acordaban de encender la cámara. Algo parecido sucede con investigadores que dicen que los patrones en zigzag y puntos que se encuentran en pinturas rupestres responde a las visiones que tenía el "chamán" tras consumir plantas enteogénicas. Por esta regla de tres, los investigadores de dentro de 3000, 4000 o 5000 años, en caso de que encuentren mis apuntes del instituto se pensarán que en clase nos daban drogas de todos los tipos a juzgar por la variedad de garabatos que tengo en los márgenes de las hojas.

Está claro que un mismo hecho puede tener distintas interpretaciones, sobre todo allí donde hay menos documentación para atestiguarlo. Eso nos lleva a la historia del paganismo y otros asuntos como podría ser el feminismo. ¿Cuántas veces hemos leído en libros de Wicca acerca de la adoración del Dios Astado y la Diosa Madre, o incluso una Diosa Triple, desde los albores de la humanidad? ¿Cuántas veces se ha intentado justificar la existencia de coventículos de brujas en la antigüedad? ¿Cuántas veces se ha remitido a un pasado idealizado con una sociedad matriarcal que fue disuelto tras la llegada de un Dios-Padre?

Los mitos, los cuentos y las historias son espejos que reflejan las sociedades en las que se gestan. Pero no tienen que ser necesariamente escritos antiguos. Hoy también aparecen nuevos mitos para la nueva sociedad que somos. Todas esas afirmaciones que cuestionaba y que todos hemos leído quizás no tengan ninguna justificación histórica verdadera y, si la tienen, es mediante generalizaciones que se acaban alejando demasiado de las evidencias. Como si las sociedades precristianas fueran jauja o el epítome de la espiritualidad y la igualdad. Sin embargo, éstos son los nuevos mitos de nuestra sociedad que despiertan en nosotros el deseo de encontrar un equilibrio que se ha perdido, equilibrio con la naturaleza, equilibrio entre hombres y mujeres.

Un ejemplo muy popular nos lo encontramos con María Magdalena, que durante siglos fue considerada una prostituta en la imaginería popular y que en los últimos años su figura ha cobrado una relevancia mucho mayor. Desde el punto de vista histórico no ha habido ningún aporte que justifique este cambio de perspectiva. Yo entiendo que el aporte está en la propia sociedad que busca reivindicar el papel de la mujer en la historia. La culpa no es de Dan Brown y otros investigadores y novelistas que antes que él apuntaron en la misma dirección, sino de toda la gente ávida por comprar esa historia, por creérsela y hacerla así cierta. Es, en mi opinión, un mito moderno.

Todo este fenómeno no justifica que hubiera una Diosa única adorada por paganos y brujas. Significa que esa Diosa, que esa feminidad existe hoy y es importante, y que una gran parte de la sociedad actual ha dejado de reflejarse en los antiguos mitos. Hemos cambiado y tenemos una nueva imaginería. Sin embargo, creo que es importante que distingamos una verdad histórica de una verdad mítica o espiritual. No por nada, uno de los 13 principios de la Wicca establecidos en 1974 era:  

"No nos sentimos amenazados por los debates sobre la historia del Oficio, los orígenes de determinados términos, los orígenes de aspectos variados de diferentes tradiciones. Nos preocupamos de nuestro presente y nuestro futuro."

Necesitamos empoderar nuestro presente: esto que hacemos hoy, este paganismo, esta brujería, no se ha practicado nunca antes aunque beba de distintas tradiciones y corrientes. Para acabar quiero compartir esta frase que suele decir Jesús Callejo: la Verdad no está escondida en un templo, no está en lo alto de una montaña, no está en el fondo del mar. Está donde más difícil es acceder: en nuestro interior, en nuestras historias, nuestros cuentos, nuestros mitos. Aunque no sean ciertos.