22 ene 2016

Acerca de la conservación (o no) de lugares naturales sagrados

Galicia está llena de enclaves y elementos naturales mágicos. La llamada "pedra de abalar" es uno de los más conocidos. Ubicada en el área del Santuario de la Virxe da Barca en Muxía, es una piedra que cuenta con una enorme tradición y con la propiedad de moverse o "abalar" en momentos determinados o para señalar que una petición será cumplida. No siempre abala y no a todo el mundo.

Pues bien, con la irrupción de un temporal en 1978, la piedra fue desplazada y se partió. Si nos atenemos a la tradición, esto podría ser un mal presagio. O quizás había acabado su función. Pero, ¿qué se hizo? Se reconstruyó, se unió y se devolvió a su lugar; no sin esfuerzo. Desde entonces han sido muy pocas las veces que se ha escuchado abalar, entre ellas a mis padres cuando aún eran novios. Cuentan que resonó como si la misma Tierra les estuviese hablando.

Pues bien, ha vuelto a suceder. Hace ahora dos años, otro temporal se llevó a la piedra y en verano se han efectuado las labores correspondientes por devolverla a su lugar. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Por qué nos empeñamos en conservar de forma artificial algo que es natural, que está sometido a los cambios y que es fruto de ellos? El conjunto de piedras sagradas de Muxía y sus formas son el resultado de un proceso de erosión que se ha venido realizando durando miles de años. ¿Qué pretende la gente? ¿Detener esos procesos naturales? ¿Honrar un monumento natural sin comprender sus cambios constantes, su evolución?

Creo que hay un problema y es el cambio de memoria. Antiguamente se transmitía de generación en generación y ésta iba cambiando a lo largo de los años, adaptándose a las distintas circunstancias. Hoy, se transmite por fotografías, y el turista que acude a un monumento pretende ver una fotografía en tres dimensiones, sin ir más allá. Además, ha dejado de crearse una mitología, unas tradiciones. Parece que lo que no es antiguo no es válido, cuando todos los mitos que hoy conocemos posiblemente hayan comenzado como un cuento que va cobrando vida a medida que se reelabora con cada contador de historias.

Eso está llevando a introducir la artificialidad dentro de la conservación del patrimonio natural. Exagerando, estoy seguro de que si pudieran, meterían a Muxía, a Fisterra, el Castro de Baroña o a la Praia das Catedrais en urnas de cristal, le construirían un museo alrededor y cobrarían entrada por verlas, con una Pedra de Abalar de hormigón, plantas de plástico, animales robotizados para que no excreten y sonido del mar en estéreo a través de un hilo musical. 

Nunca como en este momento encontré tan adecuada la expresión de que los árboles nos impiden ver el bosque. No niego la importancia cultural de la Pedra de Abalar, pero lo importante es el lugar en sí, lo que sientes cuando te paras de pie sobre esas rocas frente al mar, con el viento azotando tu cara y
el mar rompiendo a tus pies. Lo mismo que sintieron los primeros pobladores: la potencia y el poder de la naturaleza. Eso es la clave, el lugar en sí ya es sagrado.

14 ene 2016

Pequeño resumen sobre las Brujas en Galicia

Este resumen está basado en los estudios antropológico de C. Lisón Tolosana realizados en Galicia torno a los años 60. En primer lugar señalar que casi todas las brujas son mujeres, aunque hay un pequeño porcentaje de brujos. Dentro de ellas hay 3 tipos básicos:

·Las sabias: son mujeres con conocimientos básicos de medicina, saben las propiedades de las plantas y cómo usarlas, además de ayudar en los partos. Solían asistir en aldeas que no tenían médico, o que estaban muy apartadas.

·Las meigas
: son tanto seres imaginarios como mujeres marginadas. Popularmente se les atribuyen propiedades maléficas, como el mal de ojo, malograr las cosechas, impedir la pesca y convertir la leche de las vacas en sangre o cortarla. También se les atribuyen viajes nocturnos a lugares distantes a sus aquelarres para reunirse con el diablo y acordar las maldades que van a hacer.
En las casas de la gente se usan amuletos, hierbas y demás objetos para alejarlas. La “meiguería” se puede heredar al traspasar objetos como la escoba. Se puede decir que son la encarnación del mal, y que luchar contra ellas de modo metafórico es luchar contra los males que asolan las aldeas (plagas, tempestades, enfermedades...).

·Las bruxas propiamente dichas: se dedican a la adivinación con las cartas (carteiras), a la curación de enfermedades que “no son de médicos”, cortan el mal de ojo y principalmente su trabajo a nivel espiritual consiste en luchar contra las meigas. Ellas mismas se consideran inmediatamente inferiores en poder a los sacerdotes cristianos, a quienes mandan a los pacientes “endemoniados” y a los cuales sustituyen y/o imitan en determinadas ocasiones.
Para su trabajo usan indistintamente elementos cristianos como paganos. Algunos ejemplos: trazan cruces con ajos o las pintan sobre barcos, animales y personas, usan cuchillos rituales para cortar las envidias y el mal de ojo, así como para trazar un círculo de trabajo en algunas ocasiones, usan hierbas e inciensos que queman para purificar, se sirven del agua de fuentes y manantiales naturales, usan cuerdas que atan rezando padrenuestros para que los pájaros no se coman la cosecha, tienen un libro del que leen las fórmulas que utilizan para curar, usan saquitos que dan como amuletos, etc. El paganismo se reduce sin embargo al trabajo mágico, pero no al culto, pues creen en el Dios cristiano.

Nótese que la diferenciación entre meiga y bruxa no está del todo clara, siendo en unos lugares a la inversa que en otros. A pesar de eso la meiga se suele asociar con lo negativo y es frecuente encontrarla en frases hechas como "Meigas fóra!" (fuera meigas), "habelas hainas", "ter unha meiga detrás" o la propia palabra "meigallo" que tiene una connotación negativa. Aunque haya elementos comunes en toda Galicia, cada zona era un microcosmos con una sabiduría, tradiciones y mitología propias.