21 nov 2015

Espiritualidad desde la normalidad

Independientemente de la calidad de los contenidos o de la veracidad de éstos -que suele variar mucho de unos a otros episodios- siempre he disfrutado de los programas de misterio, tipo Cuarto Milenio o Espacio en Blanco. Sin embargo, en ambos veo una especie de énfasis por eludir las temáticas espiritual y religiosa desde la cotidianeidad.

Muchas veces narran las bondades de un suceso paranormal, bien sea un encuentro con OVNIs, una experiencia cercana a la muerte, contactar con espíritus de difuntos u otros, porque estos episodios suelen despertar en las personas un sentido de trascendendencia y espiritualidad que normalmente no tenían antes.

Y yo me pregunto, ¿esto no puede suceder en personas normales, con vidas normales? Soy pagano, pero me considero una persona muy normal. No veo espíritus, no me desdoblo y ni viajo astralmente por los mundos etéreos, no se mueven los objetos a mi alrededor sin una buena corriente de aire ni se cierran solas las puertas de los armarios. Hay gente que dice venir de familias mágicas, que su abuela era bruja, que en otras vidas fue suma sacerdotisa. Yo vengo de una familia anti-mágica donde la religión se usa para bautizos, bodas y comuniones y como último recurso en situaciones de enfermedades o de problemas de cualquier tipo. Los espíritus siempre han sido tabú, la brujería algo de lo que desconfiar y el tarot cuanto más lejos mejor.

Y aquí estoy yo.

Estoy convencido de que se puede ser pagano, religioso o espiritual sin tener problemas especialmente duros en tu vida, sin que los Dioses sean la luz al final de un túnel de miserias. Que se puede ser wiccano sin haber tenido una experiencia paranormal que te haya cambiado la vida. Yo siempre he tenido un sentimiento, una necesidad de celebrar los días especiales del año y otras brujerías varias. Viene conmigo, de serie. Vivo la trascendecia día a día, en mis sencillas meditaciones, en la Luna llena, en las celebraciones de los ciclos, las puestas de sol.

Me suele importar más bien poco lo que opinen y hagan los demás mientras no interfieran en mi vida, pero es cierto que hay veces que, de tanto estar enfrascado en lecturas paganas, en radios paganas, en vídeos paganos, piensas: "Jo, qué normal soy, ¿lo estaré haciendo bien?" Sí, sí está bien. Pero a veces me tengo que recordar a mi mismo que estoy en este camino porque me gusta recorrerlo, disfrutarlo paso a paso, no porque tenga ningún sitio a donde llegar.

Cuando era pequeño y empezaba a leer libros de ocultismo, me entusiasmaban y a la vez pensaba que nada mágico podría sucederme a mi por mucho que lo deseara. He tardado en descubrir que la magia, la verdadera magia de las cosas no está en mesas que se mueven y médiums manifestando entidades ectoplasmáticas. A veces la magia es, en el día a día, sacar energías de donde no las hay para, simplemente, dar un paso más. Porque recorrer el camino es bonito, pero también lo es mirar hacia atrás y ver todo lo que has hecho paso a paso. Y más aún, seguir caminando sin saber lo que espera delante.

4 comentarios:

  1. Éso creo yo, vamos caminante no hay camino se hace camino al andar.................

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  2. He leído esta entrada y se me ha escapado en voz alta un "cuánta razón"
    La magia es algo que hay día a día, pero muchas personas (las exageraditas supongo) piensan que la magia es algo como "poner una vela y que te toque la lotería". Realmente la magia está en muchas cosas cotidianas que hacemos.
    Te felicito por tu blog, me gusta muchísimo :)

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    1. Muchas gracias!! Supongo que en el fondo todos percibimos la magia de formas distintas, me alegra saber que hay más gente que piensa como yo :D

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