20 nov 2016

Mitos modernos y su validez no-histórica


Ayer (a saber cuándo fue ese ayer) escuché esta magnífica conferencia mientras trabajaba: "Cuentos y juegos como herramientas de conocimiento" de Jesús Callejo. que fue el complemento perfecto para el último programa de Encrucijada Pagana (cuando escribí originalmente este texto no anoté qué programa era, pero creo que me refería al dedicado a Marija Gimbutas). Tanto uno como otro han dado voz a unas reflexiones que llevaba tiempo haciendo dentro de mi.

Como no me gusta ir al grano de los asuntos, empezaré comentando una anécdota de un ensayo que leí recientemente: El animal público, de Manuel Delgado. En él, hacía referencia a una tribu de nativos americanos a los que se les dio una cámara para que documentaran su vida como ellos quisieran. Lo que se encontraron los antropólogos es que habían grabado de manera casi exclusiva los momentos de tránsito, cuando caminaban. Estos investigadores lo atribuían a la gran importancia que le daban a esos momentos intermedios, a la preparación y antesala de los grandes acontecimientos, en vez de a los propios eventos en sí. Y el autor lo usaba para justificar sus teorías sobre la importancia del espacio público.

Me ha recordado mucho a cuando voy de vacaciones con una cámara. Generalmente, la cantidad de fotos que saco es directamente proporcional a lo mucho que me aburra. Así, me suelen quedar casi sin fotografiar aquellos momentos clave y donde mejor me lo paso, porque en esos momentos precisamente es cuando me centro en el presente, en divertirme, en disfrutar. No en sacar fotos. Con eso vengo a decir que a veces las explicaciones son más simples de lo que pensamos. Quizás los indígenas no grababan sus tránsitos porque fuera lo importante para ellos, sino que quizás era entonces cuando se acordaban de encender la cámara. Algo parecido sucede con investigadores que dicen que los patrones en zigzag y puntos que se encuentran en pinturas rupestres responde a las visiones que tenía el "chamán" tras consumir plantas enteogénicas. Por esta regla de tres, los investigadores de dentro de 3000, 4000 o 5000 años, en caso de que encuentren mis apuntes del instituto se pensarán que en clase nos daban drogas de todos los tipos a juzgar por la variedad de garabatos que tengo en los márgenes de las hojas.

Está claro que un mismo hecho puede tener distintas interpretaciones, sobre todo allí donde hay menos documentación para atestiguarlo. Eso nos lleva a la historia del paganismo y otros asuntos como podría ser el feminismo. ¿Cuántas veces hemos leído en libros de Wicca acerca de la adoración del Dios Astado y la Diosa Madre, o incluso una Diosa Triple, desde los albores de la humanidad? ¿Cuántas veces se ha intentado justificar la existencia de coventículos de brujas en la antigüedad? ¿Cuántas veces se ha remitido a un pasado idealizado con una sociedad matriarcal que fue disuelto tras la llegada de un Dios-Padre?

Los mitos, los cuentos y las historias son espejos que reflejan las sociedades en las que se gestan. Pero no tienen que ser necesariamente escritos antiguos. Hoy también aparecen nuevos mitos para la nueva sociedad que somos. Todas esas afirmaciones que cuestionaba y que todos hemos leído quizás no tengan ninguna justificación histórica verdadera y, si la tienen, es mediante generalizaciones que se acaban alejando demasiado de las evidencias. Como si las sociedades precristianas fueran jauja o el epítome de la espiritualidad y la igualdad. Sin embargo, éstos son los nuevos mitos de nuestra sociedad que despiertan en nosotros el deseo de encontrar un equilibrio que se ha perdido, equilibrio con la naturaleza, equilibrio entre hombres y mujeres.

Un ejemplo muy popular nos lo encontramos con María Magdalena, que durante siglos fue considerada una prostituta en la imaginería popular y que en los últimos años su figura ha cobrado una relevancia mucho mayor. Desde el punto de vista histórico no ha habido ningún aporte que justifique este cambio de perspectiva. Yo entiendo que el aporte está en la propia sociedad que busca reivindicar el papel de la mujer en la historia. La culpa no es de Dan Brown y otros investigadores y novelistas que antes que él apuntaron en la misma dirección, sino de toda la gente ávida por comprar esa historia, por creérsela y hacerla así cierta. Es, en mi opinión, un mito moderno.

Todo este fenómeno no justifica que hubiera una Diosa única adorada por paganos y brujas. Significa que esa Diosa, que esa feminidad existe hoy y es importante, y que una gran parte de la sociedad actual ha dejado de reflejarse en los antiguos mitos. Hemos cambiado y tenemos una nueva imaginería. Sin embargo, creo que es importante que distingamos una verdad histórica de una verdad mítica o espiritual. No por nada, uno de los 13 principios de la Wicca establecidos en 1974 era:  

"No nos sentimos amenazados por los debates sobre la historia del Oficio, los orígenes de determinados términos, los orígenes de aspectos variados de diferentes tradiciones. Nos preocupamos de nuestro presente y nuestro futuro."

Necesitamos empoderar nuestro presente: esto que hacemos hoy, este paganismo, esta brujería, no se ha practicado nunca antes aunque beba de distintas tradiciones y corrientes. Para acabar quiero compartir esta frase que suele decir Jesús Callejo: la Verdad no está escondida en un templo, no está en lo alto de una montaña, no está en el fondo del mar. Está donde más difícil es acceder: en nuestro interior, en nuestras historias, nuestros cuentos, nuestros mitos. Aunque no sean ciertos.

21 oct 2016

3 películas diferentes para Samhain

Fotograma de la película Despedidas
Es usual que las celebraciones de la noche del 31 de octubre tengan un carácter festivo. Una de las formas más frecuentes de celebrar es ver una película con los amigos o familia. Hay muchos títulos que nos vienen a la memoria si pensamos en Halloween o Samhain, películas de brujas, de fantasmas, de miedo, de fenómenos paranormales o de risa. La pequeña lista que ofrezco a continuación no incluye ninguna de las características anteriores. Quizás la noche del 31 no es la más adecuada para verlas, pero su temática es muy adecuada para integrar y reflexionar en este tiempo. Estas películas abordan la temática de la muerte desde distintos puntos de vista. Tengo la sensación de que muchas veces dentro paganismo (como fuera de él) abusamos de la palabra "muerte" diluyendo su verdadero significado. Estas películas nos la recuerdan y nos conectan con la dimensión profunda de este hecho inevitable. Pero además, no hago recomendaciones a la ligera. Las tres son muy buenas películas que una vez empiezas no puedes parar de ver, muy sinceras y además, premiadas en distintos festivales de cine.

Truman. (2015) La aceptación de la muerte.
Una sorprendente película española que aborda una maravillosa relación de amistad entre los dos protagonistas, uno de los cuales es un enfermo terminal. Éste se tiene que enfrentar a su propia muerte, realizar los preparativos y despedidas, así como enfrentarse a un viaje que le produce más angustia de la que deja traslucir a sus seres cercanos. Sinceramente no me esperaba ver una película tan bonita con este argumento, los actores hacen una interpetación espléndida, muy alejada del dramón lacrimógeno que uno espera ver al leer el argumento. Quizás, y no destripo nada, muestra la importancia que tiene estar ahí, mostrando apoyo a la persona que va a morir, aunque no se diga nada, aunque no se haga nada especial. También abre la puerta a preguntas profundas de corte ético sobre el derecho a la eutanasia o la medicalización de la muerte.

Despedidas (2008). El tránsito y su rito.
Posiblemente una de las películas más interesantes para ver desde el punto de vista pagano. Explora la importancia de los ritos de paso y las tradiciones para reconfortar a la familia. En concreto se representa el rito de amortajamiento, ejecutado como una calculada coreografía de profunda belleza. Además, representa los tabús acerca de trabajar en el ámbito funerario y la no aceptación de un trabajo que es necesario.

Loreak (2014). El recuerdo y el duelo.
Si pienso en duelo no puedo evitar acordarme del exagerado luto que llevan las protagonistas de La Casa de Bernarda Alba. Sin embargo, el luto actual dista mucho de cómo se llevaba hace un siglo y esta película es buena muestra de ello. Un luto silencioso y somero, sólo incentivado por las personas más mayores de la familia. Negar la expresión de dolor o la visita de la tumba son una manera de no aceptar que la muerte se ha producido. Al final se puede observar que quien trató de ignorar esa muerte y su luto, no ha sido capaz de superarla y busca una cierta reconciliación con el difunto. Una película lenta pero muy poética y nada lacrimógena.

11 oct 2016

Extractos de The Pagan Book of Living and Dying

Para Lola.
Los siguientes textos son extractos, artículos y meditaciones traducidos de un libro llamado The Pagan Book of Living and Dying, escrito por Starhawk entre otros autores. Es un libro escrito desde una óptica pagana y por lo tanto entiende la muerte desde el punto de vista de la tradición que profesan los autores. Uno de los temas recurrentes es la importancia que tiene la muerte para que la vida pueda existir. A nuestro alrededor, y en la naturaleza, todo sigue un proceso cíclico de muerte y resurrección. Sin embargo, vida y muerte no son términos absolutos sino que una contiene la semilla de la otra como el yin y el yang. La fruta tiene que caer, pudrirse y morir para que la semilla pueda crecer. Las hojas de los árboles pueden caer, pero están lejos de estar muertas pues al una vez en el suelo facilitan que un gran número de seres puedan vivir para descomponerlas, etcétera. Y sin embargo, la muerte de un ser querido dista mucho de la llegada del otoño y la caída de las hojas. Es un proceso muy complejo en el que se mueven muchos sentimientos. A continuación traduje alguno de los artículos que tratan específicamente el hecho de cuidar a una persona que va a morir. Quizás no es lo que yo hubiera escrito ni lo que yo pienso, pero como todos los materiales que hay en el paganismo, puede ser un punto de partida interesante donde nosotros quitemos o añadamos según sintamos que sea adecuado. Espero que mi flagrante violación del Copyright pueda ser de utilidad.
 
Una vigilia en un lecho de muerte es extrañamente similar a la vigilia a la espera de un nacimiento. La muerte tiene su propia forma de trabajar.
Muchos años atrás, cuando el marido de Macha, Rod, estaba acostado muriendo, ella me pidió (a Starhawk) que estuviera a su lado, que me sentara junto a su cama. Mientras cantábamos y hacíamos todo lo que creíamos necesario para facilitar su tránsito, yo contemplaba su trabajosa respiración. En los últimos estadíos del cancer, su cuerpo maltrecho sudaba y trabajaba por estar vivo. Yo diría que el esfuerzo de tomar aliento para él sería equivalente a levantar pesas o luchar para empujar un carro pesado cuesta arriba para mi. No había esperanza de recuperación, la conciencia se había ido. Él estaba claramente listo para morir. Cada aliento simplemente prolongaba su sufrimiento. Sin embargo, su cuerpo continuaba esforzándose por respirar, por vivir. En ese momento, me di cuenta de algo profundo: aunque siempre hemos invocado a la muerte como la Implacable, la vida puede ser también una fuerza igual de implacable. La muerte puede venir como una liberación en una nueva dimensión, igual al nacimiento de un infante es una liberación en un nuevo mundo.
Estar presente cuando alguien está muriendo es un regalo y un reto.

En el libro, en cuanto a cuidados específicos de una persona que está a punto de morir, poco se dice. Es importante dar amor, pero más importante es saber lo que la persona en tránsito quiere o necesita. Podemos cantarle, prepararle té, darle masajes, hacerle tratamientos de belleza y todo lo que la haga sentir bien y que le apetezca a esa persona. Muchas veces, simplemente con estar ahí y sostener su mano puede ser suficiente. Por si a alguien le interesa, en el resto del libro hay reflexiones sobre la muerte en el paganismo y la teología que está detrás de la misma, analizando creencias y demás.

Resumen del artículo "Muerte, Salud e Higiene", de M. A. Bovis: 
Acompañar a un difunto y elaborar un proceso de duelo posterior es una tarea extenuante que requerirá que cuidemos de nosotros mismos. Para ello, se ofrecen cinco consejos:
1 Ducharse diariamente para limpiar la negatividad que podamos haber absorbido.
2 Dormir y comer de forma adecuada para fortalecer nuestro sistema inmune.
3 Tomar vitaminas por el mismo motivo
4 Mover el cuerpo, centrarnos en nuestro yo y ahora.
5 Que nos den un masaje, cortarnos el pelo, hacernos la manicura o pedicura, un afeitado, una depilación, un tatuaje, cualquier forma en la que consideremos que adoramos nuestro cuerpo que  nos sostiene. Importante no olvidarnos de cuidarnos a nosotros mismos en el proceso de cuidado de otras personas.

Purificación
Cuando alguien está muriendo, todo lo que alguna vez hemos sentido por esa persona está a flor de piel y lo sentimos con gran intensidad, tanto los buenos sentimientos como los malos. Las relaciones son raramente claras y simples, y nuestro amor por la persona en tránsito puede venir acompañado con enfado, envidia, amargura u otros sentimientos no placenteros. Esos sentimientos son reales, son válidos, pero no es apropiado expresarlos cuando la persona está muriendo.
Dado que la muerte es una pérdida de control, podemos ser útiles para la persona moribunda simplemente dejando que tome el control de la situación en todo lo posible. Si hay asuntos pendientes entre las dos personas, deja que sea la persona moribunda quien los saque a conversación (o no). Sé cuidadoso en no decir nada de lo que luego te puedas arrepentir.
En el Arte somos enseñados a conocer nuestros propios sentimientos, pero no necesariamente a dejarlos aflorar. Necesitamos desarrollar el poder  interno para sostener un sentimiento sin expresarlo inmediatamente, para contener emociones fuertes sin reprimirlas. Si en algún momento lo necesitamos, podemos acudir a una purificación con agua salada.

Meditación con la Luna para enfrentarnos a la muerte
Esta meditación puede ser usada por los que van a morir, pero también es útil para los cuidadores, para ponerse en el lugar del moribundo.
Acuéstate en un lugar seguro, en un espacio protegido. Enraízate y cierra un círculo a tu alrededor si así lo deseas. Sitúa tus manos sobre tu vientre y respira profundamente. Imagina que estás respirando con tu útero. En caso de que no tengas un útero físico, aún tienes un centro creativo generador de energía en tu vientre.
Según respiras, imagina la esfera oscura de la luna nueva llenando tu vientre. Una delgada curva de luz plateada comienza a asomar por la derecha. Llámala por su nombre: Artemisa, dama salvaje de los bosques, la que lleva el arco de luna, la Cazadora. Piensa en aquellos momentos de tu vida en los que has empezado algo nuevo: la escuela, el trabajo, las relaciones, las amistades, los proyectos. ¿Cuáles fueron los cualidades que te sostuvieron? ¿Cómo eran las energías que te rodeaban?
Ahora también estás entrando en un nuevo proceso, el proceso de la muerte. Estás a punto de embarcarte en una aventura salvaje en un país desconocido. Llama a Artemisa, la Luna Creciente, llama a la valentía de la Cazadora. Tienes el poder de encontrar tu camino en lo salvaje, sin mapas ni guías. Nuevos instintos despiertan en ti, la sabiduría oculta de tu cuerpo ha aguardado este momento. Respira el poder de los comienzos.
El tiempo pasa y bajo tus manos la luna crece, pasando de creciente a llena. Siente la esfera luminosa que te llena ahora. La luna llena es el tiempo de las culminaciones. Piensa en los momentos culmen en tu vida, los sueños cumplidos, los planes que has desarrollado. ¿Cuáles fueron las fortalezas que te sostuvieron? ¿Qué energías y sentimientos te rodeaban?
Llama a las cualidades que traen la culminación y piensa en cómo la realización trae consigo un final. La fruta madura cae del árbol. ¿Qué está maduro en tu vida? ¿Qué dejarás detrás que siga verde o que no ha tenido la oportunidad de florecer?
Respira la luz de la luna llena e imagina que estás siendo llenada con el amor entregado libremente por la Madre, ella que derrama su amor en el universo sin pedir nada a cambio. Llama su nombre, Diana. Confía en que su amor te sostendrá y su cuerpo te recibirá. Respira el poder de la Luna Llena.
El tiempo pasa y bajo tus manos la luna mengua. Pasa de llena a cuarto menguante, curvándose a la izquierda, hasta que la luz desaparece en una esfera oscura. Ahora el final ha llegado. La luna oscura es Hécate, la Anciana, Diosa de las encrucijadas que guarda la es camino hacia la tierra de los difuntos. Según te acercas a su Reino, piensa en esos momentos de tu vida en los que has dejado ir, en los que has llevado algo a su fin. ¿Qué cualidades te sostenían? ¿Qué energías te rodeaban?
Llámalas, llama al poder de la Anciana, llama su nombre, Hécate, pues ahora es el momento de despedirse, decir adiós a la gente que has amado y cuidado, adiós a las madres y padres, niños, amantes, amigos. Allí a donde vas, ellos no pueden seguirte. Respira hondo y déjalos ir.
Di adiós al trabajo, el trabajo que te llenaba y te mantenía, al trabajo creativo y al trabajo pesado, adiós. adiós. Deja a un lado tu éxito y deja atrás tus fracasos. ¿Qué has dejado inacabado, sin hacer? Dile adiós, pues ahora no es momento de hacerlo. Respira hondo y déjalo ir.
Di adiós a tus sueños, los que has vivido y los que has pospuesto. Ahora es tarde para eso, déjalos ir. Di adiós a tus miedos. Pronto nada podrá hacerte daño. Di adiós a ver nuevos lugares, hacer cosas nuevas, viajar y disfrutar, comer y beber, adiós. adiós. Respira hondo y deja ir los placeres del amor, del sexo y el tacto.
Di adiós a tus ojos, a los colores brillantes del día, a la luz plateada de la luna, la leer y a ver, adiós, adiós. Adiós al sabor y al olor, al café caliente en las mañanas, a la fruta dulce y al pan recién horneado. Adiós a hacer de vientre, a orinar, a echarse pedos; adiós a los cortes de pelo, a lavarse los dientes, a ir al médico; adiós a la curación, a la digestión, al crecimiento, a todas aquellas cosas que el cuerpo hace. Adiós a las esencias de las rosas y adiós al sol y a la lluvia y a la textura de una mano bajo tu mano. Adiós a la música, adiós al sonido de una conversación y a los murmullos cariñosos, adiós, adiós. Respira profundamente y di adiós a la respiración.
Imagina que devuelves tu cuerpo a la tierra y descansa en silencio.
Pero incluso en el silencio de la tierra, el tiempo no deja de existir. El cambio viene y en la luna oscura crece una delgada curva de luz plateada, a la derecha. Respira profundamente y llama de regreso a la respiración y a la forma. Siente tu poder de comenzar de nuevo, de que crezcan nuevas orejas y ojos, de transformarse en una nueva forma y oleada de vida. ¿Qué parte de tu antigua vida te gustaría recuperar? ¿Qué parte dejarías que se deshiciera en la tierra?
Llama de nuevo los poderes de Artemisa, y deja que la luna crezca.
Cuando te sientas llena de nuevo con los poderes de la energía de los comienzos, agradece a la luna en sus aspectos (Artemisa, Diana y Hécate) y deja que la luna regrese al cielo. Lentamente, muévete y estírate y vuelve en ti. Tantea tu cuerpo, siente sus límites. Di tu nombre y da tres palmadas. Cuando estés listo, siéntate. Antes de que se te olvide, querrás escribir tu experiencia en tu diario. Después, abre su círculo y asiéntate de nuevo en la corporeidad comiendo algo.

30 ago 2016

La bendición del río


Sea tu vida como el largo río.
Fuerte y cantarín al comienzo,
derrochando vigor y energía sin esfuerzo,
capaz de horadar montañas,
lleno de belleza, pureza y salud.

Que en tu camino bebas de muchos otros ríos
que las fuentes, manantiales y afluentes
colmen tus aguas de experiencias y descubrimientos
que seas lleno de vida, 
con fertilidad desbordante que todo inunde a tu paso.

Y que al final sea tu curso sereno y calmo,
llevando tus aguas sin prisa y sin pausa en tu trayecto último,
de superficie tranquila pero profundas aguas llenas de sabiduría,
con un caudal imparable y seguro que recoge la memoria del camino recorrido.

Y sea tu fin como lo es el de un río:
la desembocadura en el gran mar al que todas nuestras aguas van a parar, sin dolor ni pesar,
con la seguridad de que en tu curso habrás llevando vida y alegría allí por donde has pasado
y con la certidumbre de que, bajo la luz del Sol, tus aguas se alzarán a los cielos 
para volver a inundar la tierra con tu bendita presencia de nuevo.

8 ago 2016

La muerte en la actualidad occidental: la muerte prohibida.


"A lo que más se parece la vida humana es al hierro. Si la empleas, se desgasta. Si no lo haces, la consume el óxido."
Marco Porcio Catón (234-149 antes de nuestra era)


En su artículo La Pornografía de la Muerte Gorer explica que en la sociedad victoriana de Inglaterra a los niños se les decía que los traía una cigüeña de París, pues había un gran pudor sexual, pero no había ningún problema en que vieran y entendieran el funeral de sus abuelos. Llegados al siglo XX, a los niños se les aparta de la muerte, se les dice que Jesús se ha llevado a los difuntos, que éstos han ido al cielo o a un jardín lleno de flores, o bien que están durmiendo.

La muerte se convierte por lo tanto en un gran tabú. Se expulsa de casa, se hospitaliza y se convierte en un"fenómeno técnico", en una enfermedad. Se oculta, incomoda y no conviene hablar de ella. Es un asunto privado, que se trata de puertas para adentro. Al contrario de lo que se pensaba en el pasado, se valora positivamente que alguien haya muerto sin notarlo, con rapidez. Además, se trata de evitar que el enfermo sepa que va a morir, no estamos preparados para comunicarlo, no sabemos qué hacer en esas situaciones. Se considera, eso sí, que debe hacerse con sosiengo no vaya a ser otras personas sean molestadas o incomodadas con excesivas demostraciones de dolor.

Hay una ley no escrita de silencio que, sin embargo, podemos ver que llegado el siglo XXI se empieza a romper, pues aparecen asociaciones, voluntarios y ayuda especializada para sobrellevar este último trance, así como para que los supervivientes puedan aprender a enfrentarse a la elaboración del duelo.

La forma de tratar el cuerpo del difunto también cambia. Aparecen los tanatorios como alternativa al velatorio en las casas propias. Son lugares muchas veces anodinos y carentes de simbolismo, normalmente situados en carreteras a las afueras de las ciudades. En Estados Unidos se les conoce como funeral homes y cobran importancia los servicios de embalsamamiento con la finalidad de que el difunto ofrezca una cara tranquila y con apariencia de vivo durante el velatorio, como si durmiera plácidamente, con el fin de ocultar el crudo rostro de la muerte.

Otra de las características más importantes del siglo XX es que la cremación cobra cada vez una popularidad mayor. Lo que antaño era impensable por motivos religiosos hoy se está convirtiendo en una tendencia en alza. Esto se podría explicar de distintas formas. En primer lugar, el cadáver es visto como un inconveniente y se buscan alternativas limpias y rápidas para deshacerse del mismo. En segundo lugar, en una sociedad cada vez más globalizada, es difícil que las personas se sientan enraizadas en un solo lugar. Ya no queremos estar "para siempre" en nuestro pueblo o en nuestra ciudad. 

Los detractores de la incineración la ven como algo demasiado definitivo ya que en la mayoría de los casos, las cenizas del difunto no se ubican en un lugar concreto al que se pueda acudir para rendirle culto o memoria. Por otro lado, creciente tendencia ecologista ve la cremación como una oportunidad de reintegrarse en el ciclo de la natrualeza de tal forma que la materia restante vuelva a formar parte de la vida. Además, en algunos casos las cenizas del difunto se conservan en la propia casa, lo cual puede ser positivo para no olvidar la memoria del difunto, pero también puede ser negativo si ese recuerdo se convierte en obsesivo y somos incapaces de "dejarlo partir".

Quizás, y esto es una reflexión personal, entendemos que una vez muertos el cadaver no es ya portador de nuestra identidad. Por el contrario, nuestra forma de inmortalidad, o de seguir perteneciendo al mundo de los vivos, es la fama. Ser recordados por aquello que hemos hecho, por nuestros logros y victorias personales.

Además de todo lo mencionado, hay algo que puede resultar especialmente negativo. En una sociedad de la inmeditez y la rapidez, el periodo de duelo no encuentra cabida. El ritmo es tan acelerado que la muerte de un individuo no afecta a la sociedad. Pasarse un año o un mes encerrado en casa parece algo impensable! La muerte se expulsa de la casa, de la ciudad y también de la sociedad. Es más, con el creciente aumento de la esperanza de vida, muchas personas son expulsadas de la sociedad antes de morir. El trabajo, la posición adquirida durante años de trabajo se esfuma muchas veces con la jubilación, que hace que la vida de muchas personas pierda su sentido y sus relaciones personales se deterioren rápidamente. Hoy mueren ancianos solos en sus pisos y en los hospitales, lo que antes era impensable.

Pero volvamos al duelo. Según Arnold van Gennep los ritos tienen tres pasos: separación, umbral y reintegración. La separación sería el hecho en sí de la muerte, que aparta al individuo del mundo de los vivos. El umbral hace referencia al tránsito, a lo liminal. Es un momento en que tanto el difunto como los dolientes se encuentran perdidos. Y el tercer paso sería la reintegración, en que los vivos retoman su papel en el mundo de los vivos y los muertos pasan a perder su indivudualidad para formar parte del colectivo de ancestros. Sin embargo, todo sucede tan rápido que en los funerales occidentales sólo se hace referencia a los dos primeros puntos, pero el tercero no se toca. Y como la muerte es un tabú y no hay tiempo para el duelo, nos integramos demasiado pronto al frenesí de vida occidental, lo cual acaba desenvocando en problemas psicológicos que afloran más tarde o más temprano.

Si recordamos la clasificación de Philippe Ariès sobre los tipos de muerte, éste denominaba muerte domanda o domesticada a la que se producía en la Edad Media por su cercanía, su cotidianeidad y su familiaridad. Se sabía exactamente qué hacer y en qué momento. Lo peor que te podía pasar era morir de forma repentina sin disponer todo lo necesario tanto en el mundo físico como en el espiritual para el momento de la muerte. Esta muerte se enfrentaría a la actual, prohibida, silenciada, que se expulsa y pierde toda cercanía con la sociedad salvo en eventos especialmente traumáticos como atentados y grandes accidentes que lleven a un duelo en común. 

Podríamos caer en la tentación (Ariès parece sugerirlo) de pensar que la relación con la muerte antaño era mucho más saludable, más natural. Sin embargo creo que sería un error pensar esto y negar de pleno la sociedad en la que vivimos. No creo que sea necesario que los velatorios se vuelvan a realizar en la habitación del difunto o que los muertos se entierren en el centro de la ciudad. Pero tener consciencia de que, aunque sólo sea físicamente, somos efímeros, nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectia. Aparta de nuestra cabeza la fantasía de la inmortalidad y nos puede ubicar en la naturaleza y sus ciclos, entendiendo que somos parte de algo mucho más grande y que, en ocasiones, aquellas pequeñas preocupaciones que llenan nuestra cabeza tal vez no sean tan importantes después de todo.

Nosotros, que somos paganos, no debemos olvidar la gran verdad sobre la muerte: es necesaria para que haya vida. Vida y muerte se entremezclan en los umbrales. Decían las enseñanzas platónicas que el nacimiento era la muerte del alma dentro del cuerpo. Para muchos, la muerte es un nuevo nacimiento hacia otra vida. En este sentido, las tumbas de nuestros difuntos son sagradas porque nos recuerdan nuestra propia mortalidad, nuestro momento final que, junto con el nacimiento, son los dos grandes umbrales que enmarcan nuestra vida.

9 jul 2016

La muerte a lo largo de historia

La Isla de los Muertos, de Arnold Böcklin, 1886.
Hablar de la muerte es complicado. Genera rechazo, se niega como si no existiera. Además, cada uno tiene una experiencia personal diferente al respecto, por lo que es complicado generalizar. Sin embargo, vivimos en un mundo en que se nos bomardea con una muerte banalizada a todas horas: en los telediarios, en las películas, en los libros... Se simplifica el asunto, los muertos se convierten en números o bien se usan como excusa argumental para dar más espectacularidad o generar un impacto. La muerte también impregna nuestro vocabulario habitual, despojándola de su profundo significado. Así, decimos que se murió la batería de nuestro móvil, que mataríamos por alguien o algo, que morimos de amor, de pena, de sueño... Y así, le restamos la importancia que tiene realmente.

Porque sí, la muerte tiene importancia. Quizás es lo que menos necesitas escuchar en un momento de duelo, pero es necesario que haya muerte para que pueda haber nueva vida. Este asunto se ha convertido en uno de los temas principales de muchas religiones, llegando a ser una pieza esencial en la configuración de las culturas en sí mismas, según algunos autores. Se ha tratado este asunto desde el comienzo de la humanidad. Sin embargo, eso no significa que haya tenido el mismo tratamiento. Todo cambia, la muerte también.

Es muy complicado tratar de saber qué pensaba o sentía la gente en las distintas épocas históricas con relación a la muerte de un ser cercano, pero sí podemos saber algo de sus costumbres y de cómo éstas han ido variando.

Si echamos un vistazo a la antigua Roma, veremos que la muerte se expulsaba de la ciudad y los vivos realizaban ofrendas a los muertos para impedir que éstos regresaran, pues eran temidos. Más tarde, los primeros cristianos enterraban con cuidado a sus muertos esperando su pronta resurrección. Muchos se conservaban en catacumbas, pero los primeros mártires y santos se singularizan con edificios conocidos como "martiria". Estos edificios eran las primeras iglesias, que no se concebían sin una sepultura de un santo en su interior para poder "funcionar". Esto irá desembocando en una "reliquiomanía" que contradecía toda ley y toda escatología cristiana. Si bien los huesos de una persona deben conservarse para su posterior resurrección, siendo delito su profanación, los restos de los santos se exhuman, se parten, se trafican, se exportan (también se falsifican). Serán en sí mismos "baterías" energéticas que hacen funcionar iglesias, cementerios y milagros, contagiando su santidad a vivos y muertos. Algún fervoroso fiel se ha llevado de un mordisco restos de un santo para su propia parroquia tras una peregrinación hasta sus huesos.

Con el paso del tiempo se fue viendo que aquello de la resurrección de los muertos iba para largo. No olvidemos que en el cristianismo primitivo se pensaba que la segunda venida de Jesús con el Reino de los Cielos estaba a la vuelta de la esquina. Pero entre venía y no venía, cayó el Imperio Romano y llegamos a la Baja Edad Media, el borrón y cuenta nueva de la historia. En esta época surge lo que Philippe Ariès llama la Muerte Amaestrada o la Muerte Domada. Es decir, lo bueno era saber que te ibas a morir, ser consciente de ello y realizar los preparativos oportunos. Los best-seller de la época son los Ars Moriendi, libros que explican precisamente cómo morir. 

Cuando uno sabía que se iba a morir, avisaba a sus seres cercanos, se acostaba en su lecho de muerte y se montaba un evento a caballo entre el espectáculo y la reunión social. Se juntaban sirvientes y servidos, vecinos, el sacerdote y, por supuesto, niños. Los niños tienen una curiosidad innata por la muerte; en la Edad Media la muerte no se les escondía, era algo familiar a la vez que instructivo. Habías visto tantas muertes a lo largo de tu vida (no sólo familia sino también vecinos) que sabías perfectamente cómo morir, las palabras que tenías que decir, los ritos que se debían realizar. 

En esta época, lo peor que te podía pasar era que murieras de repente, por accidente, sin ser consciente de ello. Esto generaba un gran rechazo. Además, la muerte estaba presente de forma muy física. Los cadáveres se entregaban a la iglesia, que los enterraba en sus terrenos someramente y sin importar demasiado dónde. Como con todo, van surgiendo modas. Los ricos solían estar más cerca de los santos o del altar, porque se suponía que su influjo benéfico era mayor. Algo así como un pase rápido a los cielos. Estos terrenos eclesiásticos, no hay que olvidarlo, coincidían con el lugar de celebración de festejos populares, por lo que, literalmente, se bailaba sobre los muertos. Ariés comenta que no sería raro que afloraran huesos a la superficie. Además, a los gases de descomposición de los muertos se les atribuían facultades proféticas, como avisar de tormentas o advertir de desgracias.
 
Otra caracterísitca muy importante de este período es que los muertos no se individualizaban. Atribuyámoslo a que no había un afán egoico tan grande como hoy, o a que no se sabía escribir, pero sólo los más ricos tenían alguna pequeña inscripción indicando un nombre que no tenía por qué coincidir con la posición de su cadáver.

No me pararé en la Alta Edad Media, es un poco más de lo mismo, sólo que varían ciertas concepciones escatológicas. Ariés la denomina la Muerte Propia, o muerte de uno mismo. Aparece la idea del Juicio Final, purgatorio, lo que significa que ya no basta con ser creyente para entrar en el cielo sino que es preciso que el alma esté libre de pecado. El duelo se "prefabrica", se dan unas pautas concretas y unas normas que tienen que ser seguidas, pero se instala la sobriedad frente a las manifestaciones espontáneas de dolor anteriores. Además, van apareciendo tumbas y, a partir del XIII, pequeñas lápidas conmemorativas que ya llevan el nombre e los difuntos.

Según vamos avanzando en la historia, la cosa cambia. El Renacimiento trajo un antropocentrismo que expulsó a Dios del centro de la vida de la sociedad. Se afana más el carácter individual y se buscan lugares concretos para ser enterrado, cerca de sepulcros de familia, frecuentemente. A la gente le empieza a preocupar más vivir bien que morir bien, y paradógicamente esto genera una cierta cultura macabra. Aparecen las danzas de la muerte, representaciones de cadáveres y esqueletos, memento mori... que incitan a celebrar y vivir la vida mientras se disponga de tiempo. 

Luego tenemos el Barroco, que es todo drama y teatralidad. Por lo tanto, más macabro. Capillas realizadas con huesos, tumbas fastuosas y cobran una gran relevancia las pompas fúnebres, sobre todo de personajes relevantes.

Y por fin llegamos al Romanticismo del siglo XVIII, donde las cosas empiezan a cambiar. En primer lugar, cambia el modelo familiar y social. Las relaciones pasan a estar basadas en los sentimientos y afectos más que en meros negocios frecuentemente organizados por parte de los padres de los novios. Eso llevará a un miedo por la Muerte Ajena, la de los seres queridos, y el deseo de que ésta no se produzca. El luto se convierte en una expresión histérica de dolor.

Además, durante el Romanticismo, la muerte da la mano al amor, sobre todo en representaciones pictóricas y obras literarias. El amor superando la frontera de la muerte, la unión entre vivos y fantasmas de difuntos, cobran gran popularidad. La muerte aparece asociada también a la naturaleza, y se crean cementerios que son concebidos como parques. Por esta época empiezan a surgir voces higienistas en contra de los antiguos enterramientos sin control, y los peligros para la salubridad que éstos cementerios tenían. Por tanto, los cuerpos de los difuntos dejan de entregarse a la iglesia. Así pues, la muerte ha perdido la familiaridad de antaño y en el siglo XIX es expulsada a las afueras de las ciudades, donde se costruyen la mayoría de los cementerios que tenemos hoy en día.

A su vez, se intenta que éstos nuevos cementerios no caigan en el olvido más absoluto. De acuerdo con las corrientes filosóficas de la época (Positivismo), se pensaba que el culto a los muertos era el germen de la civilización y se incentivaba el mismo para mantener la memoria de los antepasados . Así, los filósofos y los religiosos se dan la mano y se populariza la visita a los cementerios en el día de difuntos (1 o 2 de noviembre). Ojo, aclaración, el Día de los Difuntos ya existía, pero se dedicaba a la oración [según pude encontrar], es en este momento cuando el hecho en sí de visitar las tumbas de nuestros antepasados cobra importancia.

Además, en el siglo XVIII sucede algo singular. Los testamentos, que hasta el momento habían tenido un carácter religioso-moral, se vuelven laicos, como un mero legado de bienes y últimas voluntades. Ésto se ha querido ver como uno de los indicios de desacralización de la sociedad.


Y por último, llegamos al siglo XX y a la actualidad, donde más cambios se han producido con respecto al enfrentamiento de la muerte. Philippe Ariès la denomina la Muerte Prohibida. Pero eso quedará para la próxima entrada.

Bibliografía breve:

Ariès, Philippe. El hombre ante la muerte. Taurus, 2011.
Ariès, Philippe. La muerte en occidente. Madrid: Argos Vergara, 1982.

Rader, Olaf B. Tumba y poder:: el culto político a los muertos desde Alejandro Magno hasta Lenin. El ojo del tiempo (Madrid) 4. Madrid: Siruela, 2006.

4 jul 2016

Bailando sobre la tumba

Acabo de regresar de un viaje único. 
Hacía tiempo que un libro no me transportaba a tantos lugares maravillosos y a tantas culturas exóticas. Además me ha adentrado en la boca oscura de uno de los tabús más grandes de la contemporaneidad: la muerte. 
El libro en cuestión se llama Bailando sobre la tumba, del antropólogo Nigel Barley. Su fecha de publicación original es de 1995 y sus reflexiones sobre la sociedad actual están en plena vigencia. 
Es uno de las lecturas que más me ha gustado de los últimos tiempos, así que me propuse escribir sobre él y explicar las razones por las que deberías leerlo sin lugar a dudas. Desde luego, su lectura no dejará a nadie indiferente.

  • Tenemos una relación enfermiza con la muerte en nuestra sociedad actual. Posiblemente hablaré más sobre ello en futuras entradas. No hablamos de la muerte y por lo tanto, no sabemos cómo comportarnos, cómo reaccionar y cómo transitar por los procesos de duelo. Este libro ofrece una amplia perspectiva contraponiendo las visiones de la muerte en el mundo occidental con otras culturas.
  • Muestra la relación de pueblos paganos con la sociedad contemporánea. Cómo éstas cambian o mantienen sus ritos en relación al mundo que les rodea y las nuevas posibilidades que les ofrece. También, muestra como muchas de ellas se pierden. Cito:
 "Un kenduri musulmán -conjunto de oraciones para facilitar la travesía el alma de un muerto- en un bloque de pisos de Singapur. [...] Termina el fútbol y empieza una vieja película [...] con un kenduri de aldea; los hombres llevan estrafalarios tocados y están armados con dagas, y se escucha música tradicional.
-Mirad -digo para provocar-, malayos de verdad.
Ellos lo meditan.
-No -dice uno al fin- malayos de antes. Por favor, cambiemos de canal. Echan un partido de baloncesto."
  • Muestra de forma muy interesante la relación de la muerte con los ciclos naturales, con los ciclos estacionales, con los ritmos agrícolas y su ruptura en la sociedad contemporánea. 
"En la cultura occidental semejante noción de tiempo procede menos de la alternancia de las estaciones que de la regularidad de la programación televisiva. Ésa es la auténtica razón de que todo el mundo recuerde dónde estaba el día que mataron a Kennedy. Interrumpieron los programas de televisión." 
  • No da muchas y largas explicaciones sobre lo que expone, pero una lectura atenta por parte de un (neo)pagano revelará hechos muy significativos: la relación de la masculinidad y la feminidad con la vida y la muerte, la fertilidad, las ofrendas, el rito o trance por el que un muerto pasa a ser un ancestro, o se reintegra en el ciclo de la vida, distintas visiones del alma, ecologismo...Sus reflexiones sobre estos aspectos son muy enriquecedoras. Acerca de las ofrendas y donativos:
"Aquí no existe necesariamente receptor alguno. El propio hecho de que la recepción sea dudosa realza el presente. Lo que place es el simple hecho de dar."
  • Aunque no entre en detalles, es un libro muy interesante para leer en caso de que quieras elaborar un rito de paso fúnebre, o réquiem, como se le conoce habitualmente en el mundo de la wicca. He leído otros libros sobre la muerte específicamente wiccanos y, si bien estos ofrecen ritos precocinados y muchos textos de consuelo, he sentido que le falta detrás todas las reflexiones que contiene este libro sobre el mundo real en el que vivimos.
  • Es un libro lleno de anécdotas. Su lectura se hace muy amena, pues en capa capítulo mezcla experiencias del autor en primera persona sobre la muerte en sus viajes con reflexiones filosóficas y hechos o datos históricos.
  • No es para nada un libro macabro. Bueno, al final cuando habla de canibalismo un poco sí.
  • Por último, el título del libro lo dice todo: está lleno de un humor muy bien hilado. Para muestra, un botón: 
"Otra estratagema para vencer al tiempo es la alternancia entre lo individual y lo colectivo. En el ritual dowayo, los cráneos se guardan indiscriminadamente en grandes vasijas para indicar la transición entre el individuo fallecido y el antepasado colectivo. En adelante, los muertos pierden su identidad individual y sus nombres no volverán a mencionarse. Han vuelto a la fuente y ahora pueden reencarnarse. Éste es también el momento en que los vivos reafirman su propia individualidad. Las viudas cantan: "Hasta aquí vivimos todos juntos. Ahora yo me tiraré pedos en mi choza y tú en la tuya". Las flores no son el único idioma para hablar de estas cosas."

25 jun 2016

Verano: la Plenitud


A lo largo de estas 4 entradas sobre las estaciones que he ido posteando con mis ilustraciones, fui explicando lo que esas estaciones significaban para mi, pero también fui contando una historia paralela, una historia de amor que no expliqué en su totalidad. Me gusta usar y jugar con las palabras, pero cuando dibujo algo me resulta prácticamente imposible explicarlo, porque ya está ahí, no hace falta decir nada más. Sin embargo, haré una pequeña recopilación de lo que fui publicando hasta el momento.

Otoño (clic para ver) es momento de encuentros. Aparece una persona A (el protagonista de la historia) con un agujero en el corazón, buscando una hoja caída de un árbol que encaje con su hueco y lo cubra. Otra persona B se acerca e interpreta el gesto como si le estuviera ofreciendo su corazón. 

En Invierno las personas forman una pareja, se complementan, se dan calor. Es un momento de felicidad, de calidez, de sentirse arropado en medio de las inclemencias del tiempo. Es poder contar con alguien, recibir apoyo y comprensión.

En Primavera, las cosas se tuercen. La pareja se rompe y nace la soledad. La persona A se encoge, se cierra. Echa raíces. Pero sucede algo más. Las lluvias forman un charco. La persona encogida mira en el charco y se ve a sí misma. Además, las lluvias y las inclemencias del tiempo nutren a la persona y de su cabeza acaban brotando flores.

Y llegamos al Verano. La persona se ha descubierto a si misma, ha aprendido y ha sido capaz de superarlo. Llega la Plenitud. Se descubre como una persona entera en sí misma, capaz de disfrutar, capaz de gozar de la vida. El sol brilla en lo alto y nutre la Tierra y su cuerpo, es todo lo que necesita.

En este momento, en verano, podría hacerlo Todo. Sin embargo, escoge disfrutar, aunque sólo sea un rato, del dolce fare niente. Feliz verano!

20 jun 2016

Inicios brujeriles. Parte 3

Esta parte es quizás la más importante para mi, la menos personal y la más práctica. Nos habíamos quedado en El Gran Libro de las Ciencias Ocultas. Expliqué un poco por encima algunos contenidos, voy a comentar su estructura. Tenía una primera parte introductoria que me salté olímpicamente y una segunda parte donde hablaba un poco de todo y mezclaba muchas cosas. Está bien como un primer acercamiento pero como se suele decir: quien mucho abarca poco aprieta. Y abarcaba mucho! Había un capítulo de magia, uno de brujería (malvada), uno de Cábala, otro de Alquimia, uno de Adivinación, bastante completo, uno de Espiritismo, otro de Hipnosis y alguna cosa más.

Dentro del capítulo de Magia, en el apartado de Magia Natural o Baja Magia, años después yo escribí "UIKA" porque en algún momento lo oí por televisión y me pareció muy interesante... guiño, guiño, codo, codo.

El caso es que un día dije yo: vale, esto es muy bonito todo, pero voy a ir en serio. 13 años tenía. Decidí leerme el libro entero, empezando por la introducción. Tachán! Allí estaba el mayor tesoro del libro: la introducción, la pedazo introducción. Todo el libro podría ser la introducción y no habría pasado nada. Quizás tendría menos éxito comercialmente.

La autora, Laura Tuan, escribía muchas cosas. Yo he escrito estas 3 partes de mis inicios brujeriles sólo con el propósito de hablar de esta introducción (la cosa se me fue de las manos, lo admito). Como dije en la parte 2, esa introducción ha marcado cómo soy hoy.

Lo que hoy llamaría brujo o wiccano, la autora lo llamaba ocultista. Lo que llamaríamos la Pirámide de los Brujos, ella lo llamaba "los cuatro Pilares del ocultismo" (saber, osar, querer y callar). Tenía una libreta donde había ido anotando todas estas cosas (mi primer Libro de Sombras!). Además, explicaba la ley del boomerang (hoy le llamaría Ley del Tres) había tablas de correspondencias planetarias y las Tablas Esmeralda, que por aquella edad no entendía ni la mitad de lo que decían! Hoy las vuelvo a leer y aunque el texto sea el mismo, lleva encima todo lo que he ido aprendiendo a mayores durante estos años. Seguro que dentro de otros 10 años, el significado que extraigo también ha cambiado.

Además, había distintas pautas de conducta, teñidas de un optimismo me me alegraba el día cada vez que los leía. Hablaba de los ciclos, de la Era de Acuario. Hablaba del poder y la responsabilidad, de la ley de causa-efecto. Invitaba a retirarse de los excesos, a aprender a hacer sacrificios personales, a distinguir el capricho del verdadero deseo. Hablaba de que el tabaco, drogas y el alcohol "obstruían las vías ocultas", lo cual hizo que tardara muuuucho en tomarme una cerveza. Como forma de reforzar la voluntad, sugería hacer cosas que no nos gusten o nos cueste hacer (como donar sangre si le tienes miedo a las agujas).

Pero lo que más importante fue para mi eran los llamados ejercicios previos, base de toda práctica mágica y de todo sistema espiritual. Creo que todo el mundo debería conocerlos y practicarlos.

El primero era respirar. Ofrecía distintos ejercicios de respiración, hablaba de pranayama pero sobre todo hacía hincapié en la importancia de ser conscientes de nuestra respiración, de respirar de forma adecuada y relajada. Escucho mucho en el ámbito pagano que respirar es el primer acto de magia. No podría estar más de acuerdo.

El segundo, en caso de que tuvieran algún orden, era la relajación. La importancia de "despejar y liberar", como lo llamaría hoy, todas las tensiones para dejar fluir las energías, para limpiarnos o simplemente para disfrutar de un agradable momento de conexión con nosotros mismos.

El tercero, era la concentración. Acostumbrarnos a centrar y fijar nuestra atención en un punto o un objeto y no desviarla. Centrar nuestros pensamientos en todo lo que implica ese objeto (un lápiz, una piedra...). Aumentar el tiempo de forma progresiva.

El cuarto, la meditación. Hablaba de acallar los pensamientos. En caso de que alguno surgiera, dejarlo desvanecerse como una nube.

Y el quinto, la visualización, practicando primero con figuras y formas en blanco y negro, luego en colores y luego objetos más complejos, letras, etc.

Para mi, estos cinco sencillos ejercicios son mi base, mis cimientos. En tiempos de estrés, suelo recurrir a ellos antes que a cualquier otra cosa. Pero además, a lo largo de todos ellos, hablaba de algo muy muy importante: ser conscientes. Es algo que cada vez parece más complicado en la sociedad hiper informatizada en la que vivimos. Muchas veces (ya hablé de esto) me he encontrado mi móvil llenando un maravilloso momento vacío. O la música incansable tapando un estupendo silencio. O esa prisa que a veces llevamos sin saber por qué. 

Pues de eso nada. El libro invitaba a disfrutar, disfrutar de la espera en la parada del bus, de un atasco, para ser consciente de tu respiración, para sentir la brisa o el sol en tu cara. Disfrutar de un largo trayecto para concentrarte en un libro complejo, en un cartel publicitario, o en un asiento que tienes delante. Centrar tu atención cuando comes, masticar despacio, saborear la comida. Respirar. Centrar tu atención cuando cocinas, cuando friegas. Atreverte, enfrentarte a tus miedos. Permitirte relajarte antes de ir a dormir. Visualizar una esfera de luz a nuestro alrededor para protegernos. Vivir acorde a los ciclos naturales. Llenar nuestro lugar de trabajo o descanso de esperanzas, energías positivas.

Decía también que el ocultista, el mago, el brujo, no se caracterizará por exóticos turbantes, por ropas orientales, por largas cadenas con amuletos. Es un modo de vida, que no consiste en buscar el bien absoluto sino la armonía. Y es que muchas veces nos quejarnos de que no tenemos tiempo para practicar magia o para atender a nuestros ejercicios espirituales. Yo el primero. Pero no es cierto, tenemos 24 horas cada día. Es una enseñanza que, pasados 10 años, merece la pena seguir recordando.

19 jun 2016

Inicios Brujeriles. Parte 2

Empezamos más o menos donde lo dejé, con los libros del Aprendiz de Brujo.

Mis padres sabían que me gustaban estas cosas, era evidente. Creo que una vez salí "del armario de las escobas" con mi madre. Vale, esto puede ser vergonzoso, pero para mi en ese momento (11 años?) era muy serio. Le dije que tenía que hablar con ella y le conté que creía que tenía poderes mágicos. La verdad es que no sé qué respuesta me esperaba. Cabe destacar que esa misma mañana había adivinado un número que alguien había pensado y se me había subido el tema a la cabeza. Casualidad o no, para mi era importante. Era un niño!

¿La reacción de mi madre? Ninguna, me parece a mi que pasó un poco del tema. A mi me encantaría que algún día ella viniese junto a mi a decirme que ha descubierto la magia dentro de ella como lo hice yo de pequeño. Sería hermoso. Yo creo que va por el camino de hacerlo.

Mientras tanto, mi padre de alguna manera le habló de mí a un compañero suyo de trabajo, Alberto. Alberto estaba en una encrucijada en ese momento. Le gustaban dos compañeras de trabajo: Elvira (?) y María. De alguna forma que yo desconozco, le pidió a mi padre que me preguntase (sin yo conocerlo de nada) cuál creía que le convenía más. Estamos hablando de que yo tenía... 11? 12 años? Más no.

Posiblemente una de las únicas "consultas" que realicé en mi vida. Le pedí foto de la palma de la mano, que no pude ver con ninguna claridad. Así que recurrí a la aritmología o aritmancia y descubrí que Alberto y María "encajaban" numerológicamente. Así que se lo dije (vía papá), añadiendo un amuleto de cartulina que le hice con su número y color de la suerte.

A Alberto pareció convencerle el asunto y agradeció mi ayuda. Tengo que decir que los acabé conociendo posteriormente y hacen una pareja estupenda. Creo que a día de hoy siguen juntos. Pero... ¿cómo agradeció Alberto mi ayuda? Regalándome un libro. UN PEDAZO LIBRO.

El susodicho libro ha sido mi libro de cabecera en materia esotérica desde entonces hasta que descubrí la wicca. A día de hoy lo sigo consultando de vez en cuando.

Vuelvo a darme cuenta de que me estoy extendiendo demasiado...

El caso es que el libro es El Gran Libro de las Ciencias Ocultas, de Laura Tuan. Mis padres no me lo querían dejar leer, pero finalmente cedieron. Doce años tenía, os recuerdo. Y eso que, según Alberto, fue la opción más suave de las que encontró (las otras opciones eran un libro de magia amorosa y uno de invocaciones a demonios).

Pues bien, ese libro, EL LIBRO, ha marcado mi vida por completo. Hoy por hoy, soy como soy gracias o por culpa de ese libro. ¿Qué es lo que tenía?

En primer lugar, lo que leí era lo que leería un niño de 12 años con cierta curiosidad morbosa sobre el esoterismo: cómo hacer una ouija (para escándalo de mis padres). También exploré bien a fondo el capítulo de invocar espíritus, ángeles y demonios, el de brujería, el de hechizos y algo de Tarot y de péndulo y viajes atrales. Como curiosidad apuntar que en el capítulo de brujería mezclaba misas negras con el handfasting, lo cual nunca había acabado de convencerme.

Y... voy a tener que hacer una parte 3?

18 jun 2016

Inicios Brujeriles. Parte 1

Hay un tema que suele ser recurrente en esto de los blogs, que es contar cómo llegó uno a donde está actualmente. Yo tardé bastante en conocer la wicca, en concreto lo hice a los 18 años. Pero no voy a hablar de ello, sino de mis primeros escarceos brujeriles de pequeño.

Haciendo honor a la verdad, es posible que Harry Potter tuviera gran culpa de que yo esté en estos mundos actualmente. Pero antes de leer esos libros, yo ya tenía una cierta fascinación especial por la magia/ilusionismo. También hay una anécdota curiosa que recuerdo acerca de unos sueños que tuve siendo yo muy pequeño.

Quizás alguien recuerda el helado Mikobruja, era mi favorito. Tenía una bola de chicle al fondo y una ilustración de una bruja malvada por fuera. Yo no sé hasta qué punto lo que voy a contar fue cierto, porque hace tantos años de esto que quizás mi cerebro cambió el recuerdo sin ser yo consciente.

Pues bien, creo recordar que yo tenía una serie de pesadillas recurrentes con una bruja muy similar a la del helado, que vivía en un castillo de piedra y removía un gran caldero. Yo me escondía debajo de una mesa por miedo, hasta que una noche decidí "hacerme amigo de la bruja". Era parte de una política que había ideado por aquel entonces según la cual, si conocía a alguien malo como un terrorista o un ladrón, intentaría convencerle de que las cosas malas que hacía no tenían sentido y me haría su amigo; por lo menos, para ganar tiempo mientras no llegase la policía.

Pues bien, en el momento en que traté de hacerme amigo de la bruja, ella me dijo algo que no recuerdo y se fue volando en su escoba por una ventana. Creo que me había dicho que volvería para enseñarme. No volví a saber de ella.

Madre mía lo que llevo escrito ya y aún voy por la bruja.

Siguiendo el boom de Harry Potter, aparecieron muchos libros similares. Recuerdo con especial cariño y devoción unos que se llamaban El libro del aprendiz de brujo. Cuando vi ese libro en la librería sentí amor, fue un flechazo a primera vista. Ése y el siguiente libro de la colección, El libro de juegos del aprendiz de brujo fueron para mi la forma más emocionante de darme cuenta de que las cosas de las que se hablaba en los libros de Harry Potter no eran una fantasía de la autora: realmente se podían leer los posos de té, existían las runas y la aritmancia! Además venía con una guía muy completa para celebrar lo que hoy llamaría un sabbat. Venían juegos, leyendas y actividades para hacer durante solsticio de verano, en el de invierno, en primavera (explicaba qué era un palo de mayo!), en Hallowen, etc. Cabe recordar que por aquel entonces tenía 10 años y, aunque no celebré ninguna de esas fiestas a lo grande, éstas quedaron flotando en mi mente y señaladas como momentos clave del calendario.

Desde luego, hoy veo esos libros con otros ojos, unos ojos de un semi-adulto wiccano que no le restan valor sino todo lo contrario. Veo la de cosas ocultas de forma inocente que había en esos libros y en sus maravillosas ilustraciones y me quedo fascinado.

Una de las fiestas que intenté celebrar durante varios años fue Halloween, pero me encontré con la negativa de mis padres. Recuerdo una tarde de otoño junto a una chimenea, haciendo bolas con papel de periódico para que prendiera el fuego. De pronto me encontré en una página, en una esquina, una brevísima mención de Halloween, un par de líneas, quizás algún colegio que lo había celebrado. Recorté esa esquina y la guardé. Cuando la hoguera estuvo prendida, lancé el recorte al fuego deseando que al arder, el humo ascendiera y atrajera a Galicia esa fiesta que tanto me apetecía celebrar. Posiblemente, sin planteármelo, haya sido mi primer hechizo. Parece que funcionó!

Y hasta aquí la Parte 1 porque veo que esto va para largo...

28 may 2016

La tejedora

"El gran misterio ahí, bajo su cintura"
La tejedora, de Christina Rosenvinge. 

Se empieza como siempre, respirando, respirando hondo. Sientes el aire entrando en ti, sientes el universo entrando, acariciando el interior de tus fosas nasales, tu garganta, tus pulmones, llenándote de vida. Respirando eres uno con el universo. 

Pero esta vez el aire no era como antes. No olía a incienso. Ni siquiera a vegetación, a bosque, a río, a tierra. Olía diferente. Solté el aire, relajando mis músculos, cerrando mis ojos, dejando que se desvaneciera esa presión en mis muñecas. 

Sentí que me empujaban, me apretaban dos cuerpos a mi lado. Inspiré, ese olor acre, espiré. Inspiré. Intenté dejar todo aquello atrás. Espiré. Por algún motivo que no recordaba ahora, sentí dos húmedos regueros cálidos resbalando por mi rostro. 

Inspiré, sintiendo mi cuerpo llenándose de luz. Empujones de nuevo. La luz se expandía a mi alrededor, formando un círculo. El círculo. Unas voces se alzaban, voces que formaban parte del mundo, del universo, quizás como el canto de los pájaros. Traté de no juzgar su agresividad. Ni ese olor, a sudor, a miedo.

Me centré de nuevo. Sentí los elementos rodeando el círculo, asegurándolo, como grandes barreras hechas de Aire, Fuego, Agua y Tierra. Me recordaban que la vida iba más allá de mi propia existencia. Me recordaban que yo era sólo una parte minúscula. Inspiré. Sentí la aceleración en mi cuerpo, el movimiento, la inestabilidad. Espiré.

Se me presentó Ella, con múltiples madejas plateadas, intrincadas, tejiendo. Me enseñó nuestros destinos, atados. Lo que me hicieran, se lo estarían haciendo a sí mismos. En su telar, todos somos uno.

Pedí paz.

Su imagen reconfortante se desvanecía, traté de llamarla, de mantenerla en mi mente. Me empujaban de nuevo, respiré y el aire había cambiado. Era olor a noche de verano, tan agradable... Sentí la sutil caricia de los rayos de luna llena en mi piel, sentí Su abrazo. 

La vi de nuevo ante mi, esta vez con muchos otros rostros a su lado. Mis ancestros, los pude ver más nítidos que nunca. Alguien me obligaba a ponerme de pie. Gritaban a mi alrededor. Mis ancestros me rodearon formando una rueda y pude escuchar sus voces elevándose en una muda melodía. Oí un grito de desesperación a mi alrededor, una súplica. 

Su canción callada inundó mi mente, una canción que nunca antes había oído, como una nana. Su ritmo se fue elevando hasta que fue cantada de forma cada vez más frenética y más alta. Me empujaban de nuevo, con violencia. Mi círculo se tambaleaba, las voces se distorsionaba, los rostros se borraban.

Silencio.

Inspiré. Entonces lo sentí. Algo rompió por completo el círculo, se hacía mil añicos a mi alrededor. Un dolor lacerante lo hizo estallar por completo. El ardor en el costado hizo que mis sentidos se desequilibrasen. Mis rodillas sumaron nuevo dolor físico al dar con el suelo. 

Todo se empezó a ralentizar. Percibía mi alrededor a cámara lenta. Los pasos sobre la grava. Otros disparos, otros cuerpos caídos. La cálida flacidez de algunos compañeros.

Los rostros de mis ancestros se formaron más nítidos de nuevo, se transformaron en una suerte de fantasmas cenicientos que me abrazaron en una cálida y sosegada oscuridad.

Ella, cortó el hilo.

Pude ver el tapiz de mi vida frente a mi, acabado, una obra divina que concentraba todos aquellos años en un instante que era nada. Todo el dolor, todo el sufrimiento. Nada. Todo el miedo, todo el vacío. Nada. Los éxitos, el amor, los momentos de felicidad. Nada.

No sabría determinar el tiempo que así estuve, almacenando, repasando, aprendiendo de cada momento vital, de cada experiencia. Un día, un año, tal vez un siglo de descanso reparador, de ensoñaciones con lugares donde hubiera querido estar para siempre. 

***

El abrazo ancestral que hasta ese momento me había parecido eterno, ahora lo percibí sólo como un instante más, otro pestañeo en mi existencia. Los sentidos físicos iban despertando lentamente. Ese abrazo de oscuridad reconfortante se volvió húmedo, cálido y seguro. 

Yo quería quedarme allí. Pero no podía. Algo me lo impedía, me empujaba.

Sentí que me movía, de alguna forma, sentí que me expulsaban, me echaban. Yo quería mi confort, al fin tenía paz y ahora me lo arrebataban.

Atravesé el umbral y entonces, vi la luz.

Inspiré y sentí de nuevo el mundo y el frío. Mis sentidos adormecidos me impedían entender lo que pasaba. Supe que una nueva madeja empezaba a tejerse en ese momento. Mi paz acabó, volvía a empezar el trajín de la vida, una vida a la que me agarraba instintivamente con cada rápida respiración. Yo no quería, no sabía si sabría cómo hacerlo esta vez. Me sentí débil, cansado, torpe. No podía sino llorar y llorar en la extrema frustración de sentir mi tranquilidad arrebatada, de no saber cómo volver a enfrentarme con una nueva existencia, de sentirme perdido.

Con el llanto se disolvían los recuerdos de mi otra vida, resbalaban por mi cara, por mi memoria, como un sueño que se escurre entre los pensamientos del que acaba de despertar y, poco a poco, va desapareciendo sin que se note su ausencia.

Y entonces escuché una nana, de una voz emocionada, feliz y exhausta, una nana que me parecía recordar de tiempo atrás. Sentí la cálida leche saciando mi sed. Y descubrí de nuevo la paz.

20 mar 2016

Primavera: el Crecimiento

En esta ilustración, una persona se encoge en sí misma bajo la lluvia. Se cierra al mundo exterior, pero de su cabeza comienzan a brotar plantas y flores. Aunque agache la cabeza, un charco le permite ver su reflejo y el cielo sobre él. Es la reflexión, pensamiento como reflejo de nuestro interior.

Si la comparamos con las ilustraciones de las estaciones previas, podemos ver que esta vez el personaje está solo, sin compañía. Eso le entristece, pero también le hace ser consciente de su propio yo, algo que había olvidado. Comienzan las grandes preguntas que no esperan respuesta.

Así siento yo la primavera. Es un momento en que la conciencia parece despertar tras el acogedor frío del invierno, aunque ese despertar no siempre sea del todo agradable. Yo suelo encerrarme literal y metafóricamente, el fin de curso se acerca cada vez más y es necesario ponerse a trabajar de forma intensiva, darlo todo.

Además, relaciono esta estación con el descubrimiento de la wicca. (pausa). Acabo de echar un vistazo a mi antiguo blog, las entradas de justo antes de descubrir la wicca son total y absolutamente wiccanas, sobre todo en el trasfondo filosófico (hasta felicité el 2 de febrero como momento de despertar del sol, sin saber que había gente que a ese día le llamaba Imbolc). Era un momento en que me estaba planteando grandes cuestiones. Estaba bajo la lluvia, mirando mi propio reflejo y dentro de mi mismo, estaba comenzando a brotar algo. Y de repente, paf! Leo la palabra "wicca" en una revista y todo cobra sentido. Fue como si levantara la cabeza y de repente pudiera ver todo un mundo nuevo a mi alrededor. Fue como si hubiera vuelto a nacer, o como si algo nuevo hubiera nacido dentro de mi.

Para mi es momento de reflexión, pero de reflexión proactiva. Es tiempo de mirar dentro de nuestro jardín interior, limpiar las malas hierbas que roban nutrientes y prestar atención y cuidados a aquellas plantas que realmente queremos que crezcan hermosas y saludables.

Estaciones ilustradas anteriores:
Otoño: el Comienzo
Invierno: la Calidez

15 mar 2016

Miscelánea existencial

Acerca de una conferencia
Estamos encerrados en una habitación. Hay una puerta abierta que nos permite salir, pero está custodiada con un guarda que nos dice que no podemos atravesarla. Así es la ley, así la metáfora que usaba un conferenciante este lunes para explicarnos que estamos condicionados por todo lo que nos rodea, pero no es hasta que nos salimos de la normalidad establecida que nos topamos con el muro, con el obstáculo, con el impedimento.
Charlas que son un revés, una bofetada, un cuestionamiento de lo establecido. ¿Quié soy yo? ¿Cuál es el alcance de mi yo? Ahora mismo soy mi cuerpo, soy mi portátil que uso más de lo que uso mis músculos. Soy mi casa, soy mi cama. Soy mi móvil, soy mi facebook, mis dos facebook, el pagano con el nombre disfrazado y el de disfraz de persona normal con mi nombre de pila. Soy mis amigos, las relaciones, las que elijo, las que busco, las que encuentro. Soy mis trabajos, soy mi esfuerzo, mi creatividad. Soy mi ciudad. Soy el aire, la tierra, el agua y el fuego. Soy divino. "Me gusta sentirme todo... Tú también, me gusta sentirme tú también." (frase de concha buika),

Descripción para aplicaciones de ligue
Llega un momento en que la carne no es sexy, es solo carne y las hienas se pelean por saborearla. Su risa sardónica aumenta hasta la asfixia por otra dentellada. Y me da igual tu cara y me da igual tu mirada. Me da igual si sientes o amas, si luchas o escapas. ¿Eres activo o pasivo? ¿Cómo la tienes de larga? Tableta de chocolate, ¿la comes o la escondes bajo ese trozo de tela barata? ¿Hay algo detrás de esa máscara? Soy superficial pero profundo, místico ascético y laico hasta la médula; espiritualidad en la intimidad. Nunca tuve demasiado interés en el sexo por obligación, pero me gusta pasarlo bien. Sé usar el punto y coma; escribo mejor de lo que hablo, escucho mejor que hablo, callo mejor que escucho. Dibujo y pinto sin que me vaya la vida en ello. Si me enamoro lo hago para siempre, pero no soy excluyente, mi corazón alberga muchas oquedades. A veces soy como tú también.

Acerca del paganismo urbano
Definitivamente mi estilo pagano no es el misticismo mágico natural armónico. Mis ríos son de asfalto, son edificios los que me devuelven la mirada a través de las ventanas. La luz de la noche es artificial, compite con la luna y oculta las estrellas. Y aún así, hay vida latiendo.

Carta a mi yo del futuro
Querido yo del futuro, te vislumbro trabajando por hacer las cosas bien. Luchando por el sentido común. No decaigas.

Carta a mi yo del presente
Querido yo del presente: estás estudiando una carrera en la que no crees. No te centres en el qué, céntrate en el cómo. Estás aprendiendo y adquiriendo valiosas herramientas. Simplemente el mundo tiene que cambia. No arrases ni un metro cuadrado de tierra por algo que no valga realmente la pena. No es momento de crecer hacia afuera, no es momento de expandirse, es momento de arreglar todo lo que se ha hecho mal hasta el momento, es tiempo de regenerar, tiempo de curar las ciudades, de permitirles respirar, de introducir vida, de mover mentes, de sacar coches. Es momento de aspirar alto. Dentro de ti yace la duda y el miedo como una pequeña piedra de luz negra. Tú sabes que no hay que hacerle caso. Sabes que por cada escalón que subías pensabas que el siguiente paso era imposible, y no lo era. La forma de hacer las cosas es paso a paso. Escucha a tu intuición, a tu Yo Superior, porque aunque a veces no quieras hacerle caso, te guía bien y te guía sabiamente. Vas bien. Sigue adelante.

A los que me leéis
Una aclaración que veo pertinente realizar de cuando en cuando. No penséis que por que escriba idas de olla, ralladuras mentales o cosas oscuras soy así todo el tiempo, la verdad es que escribir siempre ha sido una terapia estupenda, una vía de escape a través de la cual hago una pausa, reflexiono, recojo lo hecho, recojo lo que queda por hacer, invento, creo, me divierto, me frustro, me sumerjo, toco fondo y tomo impulso para salir de nuevo a la superficie, respirar aire nuevo y continuar mi camino con fuerzas renovadas y, si cabe, con las ideas más claras.  

4 mar 2016

Pesadillas eclesiásticas: experiencia con los sueños.

Hace un año, en Imbolc, me encontraba de vacaciones en Berlín y sin posibilidad de realizar un ritual formal para celebrar el sabat. Se me ocurrió que, como una pequeña celebración de ese día sagrado, podía acercarme a una iglesia a encender una vela. Finalmente no pude, porque cuando lo iba a hacer, estaban cerrando la  iglesia en cuestión. Sin embargo, la idea caló en mi mente de alguna manera.

Más o menos por aquella época, coincidió que teníamos que empezar a pensar un tema para un trabajo de investigación. Uno de los temas que tenía como posibilidad era estudiar iglesias contemporáneas. De alguna forma, siempre sentí una atracción por las catedrales y las preciosas iglesias rurales gallegas y me parecía una posibilidad interesante. Además, creo que es una forma muy interesante de estudiar la relación entre la espiritualidad y la arquitectura.

Y aquí es donde entran los sueños. He desarrollado un trabajo con los sueños de forma intermitente. Cuando me centro en apuntarlos por la mañana, soy capaz de recordar gran número de sueños a lo largo de la noche. Pero actualmente es una práctica que tengo abandonada porque recordar los sueños hacía que durmiera mucho menos. Sin embargo, los sueños a los que me voy a referir ocurrieron en un período de no-trabajo con los sueños y aún así era capaz de recordarlos con gran viveza incluso sin apuntarlos. Esa es una de las señales de que eran algo importante. La otra señal es que tuve varios sueños muy similares.

¿Y en qué consistían esos sueños misteriosos? Pues era yo dentro de una iglesia. Recuerdo tres distintas, puede que hubiera soñado con una cuarta que no recuerdo como era. Yo me sentía cómodo dentro de ellas, incluso fascinado. Una de ellas era particularmente curiosa, construida en mampostería con la forma de un barco vikingo (posteriormente me sorprendió descubrir que existen casas en Portugal de posible influencia vikinga y con la forma exacta que yo soñé).

El argumento variaba de unos sueños a otros, en algunos me sentaba a meditar, en otros encendía algo de incienso y algunas velas. En todos aparecía un cura. Una de las veces me decía que tenía que hacer la confirmación para estar ahí. Me preguntaban: "¿Crees en un solo Dios?" Y yo pensaba, bueno, sí, creo en una divinidad única que puede tener muchas facetas, así que respondía "sí creo".  Me volvía a preguntar ¿reniegas a Satanás en todas sus formas? Y yo pensaba, yo en ese señor no creo, así que "sí reniego". Y por último, como si leyera mis pensamientos preguntaba "¿Renuncias a todo dios pagano?" Error, error!!! Noooo!! Y me despertaba sobresaltado, tal era la angustia que me hacía vivir. En otra ocasión, un cura se acercaba para echarme de ese lugar sagrado simplemente porque sabía que yo no comulgaba con lo que allí se celebraba.

La tercera, o tal vez cuarta vez que me sucedió, fue cuando decidí que eso tenía que apuntarlo e investigarlo, y fue cuando me di cuenta de la relación con todo lo anterior y la explicación: en primer lugar, las iglesias no son mi templo. Allí se adoran a unos dioses que respeto pero que tienen poco que ver con los míos. Y desde el punto de vista académico, aunque me puedan interesar, creo que es necesario tener una cierta conexión con lo que en ellas se celebra para poder estudiarlas. No es mi caso. Al darme cuenta de a qué venían los sueños y de lo que me estaban advirtiendo, dejé de tenerlos. No sé lo que habría pasado si me hubiera puesto a investigar sobre iglesias, pero actualmente no me imagino haciéndolo, siento una cierta repulsión. Encontré otro tema sobre el que investigar con el que estoy realmente contento, que son los cementerios. No sólo es un campo de estudio sobre el que la arquitectura se ha olvidado mucho sino que también me permite conectar con el mundo espiritual, de los símbolos y metáforas sobre la vida y la muerte sin por ello tener una connotación religiosa clara.

26 feb 2016

Primeros pasos para el trabajo con sueños

Hoy voy a escribir una entrada más práctica de lo habitual para hablar del trabajo con sueños. No soy ningún experto pero creo que puedo proporcionar una base para aquellos que quieran empezar a trabajar con el mundo onírico.

En primer lugar, lo principal y más complicado para mucha gente, consiste en recordar los sueños. El proceso es sencillo pero requiere perseverancia, no se alcanzan resultado óptimos en una semana sino que tenemos que verlo como un trabajo a largo plazo. Cada persona tendrá un ritmo diferente. 
 
¿Cómo recordamos nuestros sueños? Es tan sencillo como apuntar nuestros sueños nada más levantarnos. Esto que es tan fácil decir puede resultar muy complicado de adaptar a nuestras vidas. En general nos levantamos con el tiempo justo para ducharnos, desayunar, vestirnos y salir de casa y no pensamos en otra cosa. Es hora de cambiar la rutina y reservar unos minutos de la mañana a apuntar nuestros sueños. Nada de posponer el despertador ni quedarnos remoloneando en la cama, porque de ese modo olvidaremos los sueños a no ser que fueran muy vívidos, y aún así habrá detalles que se irán desvaneciendo. En un gran ejercicio para reforzar nuestra voluntad, nada más despertar debemos incorporarnos y ponernos frente el cuaderno a escribir. Yo particularmente me siento mucho más despierto después de hacer esto y con más energías.

¿Qué pasa si aún así no recordamos nada? Al principio puede que nos cueste acostumbrarnos. Es muy recomendable tener un cuaderno que sea dedicado en exclusiva para apuntar nuestros sueños. Puede ser un cuaderno especial o puede que queramos decorarlo, si lo hacemos teniendo en mente que recordaremos y apuntaremos los sueños en él, puede ser de gran ayuda. Otro ejercicio muy sencillo consiste en meditar antes de dormir con el cuaderno y bolígrafo frente a nosotros (podemos colocarlos en nuestro altar) y cuando estemos en estado meditativo repetir la afirmación "cuando despierte recordaré y apuntaré mis sueños" o algo similar. Luego dejaremos el cuaderno de sueños y el bolígrafo en un lugar que podamos ver nada más despertarnos.

¿Cómo interpretamos los sueños? Una vez empecemos a recordar nuestros sueños, posiblemente nos preguntemos qué significan. Hay varios factores que debemos tener en cuenta. En primer lugar, es posible que la mayoría de nuestros sueños no nos quieran decir nada, simplemente son un producto de nuestra imaginación. En segundo lugar, tan importante o más que lo que sucede en los sueños es cómo nos sentimos al respecto. En tercer lugar, es posible que nos encontremos que ciertos sueños se repiten o que tienen un patrón similar, posiblemente sean sueños especialmente significativos para nosotros que debemos desentrañar.

Ejemplo de la importancia de nuestras emociones en un sueño:
De vez en cuando yo sueño que alguien "malo" me persigue. Algo tan sencillo puede ser interpretado de múltiples maneras. En general, suelen ser sueños agradables porque desarrollo una estrategia o lucho para vencer al enemigo, lo que podría ser interpretado como un mensaje de mi subconsciente que estoy capacitado para vencer los problemas y retos que se me pongan por delante aunque yo no lo crea así. Sin embargo, hay gente que sufre especialmente con este tipo de sueños, que es perseguida y eso le genera angustia. Sería un buen momento para analizar si las obligaciones que tenemos en nuestra vida nos están sobrepasando, si debemos pedir ayuda o tomar decisiones importantes al respecto.

La próxima semana contaré un largo ejemplo de sueños repetitivos y el mensaje que me trasmitían.

Epílogo: cuando recordar los sueños se convierte en un verdadero problema.
Actualmente no recuerdo mis sueños. Si alguna vez tengo uno especialmente vívido o significativo suelo apuntarlo, pero deliberadamente he escogido dejar de recordarlos. ¿Por qué? A medida que iba progresando era capaz de recordar cada vez más sueños y más detalles. Alguno de ellos ocupaba varias páginas en mi cuaderno y llegué a tener dramas de la altura de Titanic. Creativamente pueden ser una fuente fantástica de ideas, sobre todo cuando mi cuaderno empezó a incorporar dibujos de lo que soñaba. Sin embargo, esto llegó a tal extremo que me empecé a "programar" sin quererlo para despertarme después de cada sueño, lo que ocasionaba que no pudiera descansar. Cuando esto sucede, invierto el ejercicio y antes de dormir me digo que tendré un profundo sueño reparador.