19 jun 2016

Inicios Brujeriles. Parte 2

Empezamos más o menos donde lo dejé, con los libros del Aprendiz de Brujo.

Mis padres sabían que me gustaban estas cosas, era evidente. Creo que una vez salí "del armario de las escobas" con mi madre. Vale, esto puede ser vergonzoso, pero para mi en ese momento (11 años?) era muy serio. Le dije que tenía que hablar con ella y le conté que creía que tenía poderes mágicos. La verdad es que no sé qué respuesta me esperaba. Cabe destacar que esa misma mañana había adivinado un número que alguien había pensado y se me había subido el tema a la cabeza. Casualidad o no, para mi era importante. Era un niño!

¿La reacción de mi madre? Ninguna, me parece a mi que pasó un poco del tema. A mi me encantaría que algún día ella viniese junto a mi a decirme que ha descubierto la magia dentro de ella como lo hice yo de pequeño. Sería hermoso. Yo creo que va por el camino de hacerlo.

Mientras tanto, mi padre de alguna manera le habló de mí a un compañero suyo de trabajo, Alberto. Alberto estaba en una encrucijada en ese momento. Le gustaban dos compañeras de trabajo: Elvira (?) y María. De alguna forma que yo desconozco, le pidió a mi padre que me preguntase (sin yo conocerlo de nada) cuál creía que le convenía más. Estamos hablando de que yo tenía... 11? 12 años? Más no.

Posiblemente una de las únicas "consultas" que realicé en mi vida. Le pedí foto de la palma de la mano, que no pude ver con ninguna claridad. Así que recurrí a la aritmología o aritmancia y descubrí que Alberto y María "encajaban" numerológicamente. Así que se lo dije (vía papá), añadiendo un amuleto de cartulina que le hice con su número y color de la suerte.

A Alberto pareció convencerle el asunto y agradeció mi ayuda. Tengo que decir que los acabé conociendo posteriormente y hacen una pareja estupenda. Creo que a día de hoy siguen juntos. Pero... ¿cómo agradeció Alberto mi ayuda? Regalándome un libro. UN PEDAZO LIBRO.

El susodicho libro ha sido mi libro de cabecera en materia esotérica desde entonces hasta que descubrí la wicca. A día de hoy lo sigo consultando de vez en cuando.

Vuelvo a darme cuenta de que me estoy extendiendo demasiado...

El caso es que el libro es El Gran Libro de las Ciencias Ocultas, de Laura Tuan. Mis padres no me lo querían dejar leer, pero finalmente cedieron. Doce años tenía, os recuerdo. Y eso que, según Alberto, fue la opción más suave de las que encontró (las otras opciones eran un libro de magia amorosa y uno de invocaciones a demonios).

Pues bien, ese libro, EL LIBRO, ha marcado mi vida por completo. Hoy por hoy, soy como soy gracias o por culpa de ese libro. ¿Qué es lo que tenía?

En primer lugar, lo que leí era lo que leería un niño de 12 años con cierta curiosidad morbosa sobre el esoterismo: cómo hacer una ouija (para escándalo de mis padres). También exploré bien a fondo el capítulo de invocar espíritus, ángeles y demonios, el de brujería, el de hechizos y algo de Tarot y de péndulo y viajes atrales. Como curiosidad apuntar que en el capítulo de brujería mezclaba misas negras con el handfasting, lo cual nunca había acabado de convencerme.

Y... voy a tener que hacer una parte 3?

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