25 jun 2016

Verano: la Plenitud


A lo largo de estas 4 entradas sobre las estaciones que he ido posteando con mis ilustraciones, fui explicando lo que esas estaciones significaban para mi, pero también fui contando una historia paralela, una historia de amor que no expliqué en su totalidad. Me gusta usar y jugar con las palabras, pero cuando dibujo algo me resulta prácticamente imposible explicarlo, porque ya está ahí, no hace falta decir nada más. Sin embargo, haré una pequeña recopilación de lo que fui publicando hasta el momento.

Otoño (clic para ver) es momento de encuentros. Aparece una persona A (el protagonista de la historia) con un agujero en el corazón, buscando una hoja caída de un árbol que encaje con su hueco y lo cubra. Otra persona B se acerca e interpreta el gesto como si le estuviera ofreciendo su corazón. 

En Invierno las personas forman una pareja, se complementan, se dan calor. Es un momento de felicidad, de calidez, de sentirse arropado en medio de las inclemencias del tiempo. Es poder contar con alguien, recibir apoyo y comprensión.

En Primavera, las cosas se tuercen. La pareja se rompe y nace la soledad. La persona A se encoge, se cierra. Echa raíces. Pero sucede algo más. Las lluvias forman un charco. La persona encogida mira en el charco y se ve a sí misma. Además, las lluvias y las inclemencias del tiempo nutren a la persona y de su cabeza acaban brotando flores.

Y llegamos al Verano. La persona se ha descubierto a si misma, ha aprendido y ha sido capaz de superarlo. Llega la Plenitud. Se descubre como una persona entera en sí misma, capaz de disfrutar, capaz de gozar de la vida. El sol brilla en lo alto y nutre la Tierra y su cuerpo, es todo lo que necesita.

En este momento, en verano, podría hacerlo Todo. Sin embargo, escoge disfrutar, aunque sólo sea un rato, del dolce fare niente. Feliz verano!

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