13 abr 2017

Pintura y Camino espiritual, o la abstracción como aprendizaje

Proceso de abstracción de Piet Mondrian, de 1900 a 1930.
Podría haber dejado esta imagen y no poner nada más porque lo dice todo, pero escribiré algo.

Hay una estampa recurrente en los museos y exposiciones de arte moderno de cierto renombre:
-Cariño, mira este cuadro, vale millones de euros!
-Nena, eso te lo hago yo cuando quieras en la pared del salón con los botes de pintura que tengo en el garaje.

Hace un tiempo tuve una profesora de pintura que era una artista estupenda. Entre su obra contaba con una figuración soberbia y una capacidad para el retrato que he visto en muy pocas personas. Sus obras más recientes son abstractas y debido a eso, ella y yo hemos tenido muchas charlas al respecto de la abstracción en la pintura.

La abstracción es una tendencia pictórica que no se suele comprender por varios motivos: el primero, la falta de educación. Solemos amar aquellas cosas que conocemos y odiar o incluso temer las que no llegamos a entender. En el colegio no recuerdo que me explicaran más allá del Renacimiento, cuando a mi entender, comprender a Picasso es imprescindible para entender el arte moderno: no interesa ya plasmar realidades sino ideas.

El segundo motivo por el que la abstracción produce desconfianza es por un hecho bastante frecuente: en el mundo del arte comercial hay de todo y hay mucho artistilla que en materia de figuración no pasa del "con un 6 y un 4 hago tu retrato" y se refugia en una abstracción camuflada por un discurso grandilocuente para ocultar sus carencias

Para poder "abstraer", primero es necesario conocer. Una obra abstracta de calidad tiene detrás un proceso de aprendizaje, un estudio de la forma, las proporciones, los colores, las luces y las sombras. Una vez tiene esos conocimientos, una vez son capaces de entenderlos y de interiorizarlos, pueden plasmarlos en un lienzo sin que se refieran necesariamente a una figura identificable.

Dicho esto, resumo en algo mucho más simple y básico: es necesario conocer la técnica y los fundamentos de una disciplina y, por supuesto, haberlos puesto en práctica, para poder ser libres y hacer, por así decirlo, lo que te de la gana.

El sendero del paganismo y la brujería es conocido en inglés como The Craft y es traducido frecuentemente como el Arte (aunque a mi modo de ver sería más adecuado entenderlo como el Oficio). El proceso de aprendizaje es por lo tanto muy similar al de otras disciplinas artísticas.

La Wicca surge a partir de un proceso de abstracción y síntesis de una gran parte de los conocimientos y sabiduría anteriores, tanto en el campo esotérico como en el antropológico. Al igual que en la pintura hay una serie de componentes básicos: color, forma, luz y sombra, y una serie de técnicas para manejarlos: realismo, fauvismo, expresionismo, impresionismo... En wicca se establecen unos componenetes básicos, los cinco elementos, y diversas maneras de interactuar con ellos en el espacio ritual: el círculo, la danza, la música, la meditación. Esta aparente simplicidad se ve reflejada en el símbolo por excelencia de la wicca: el pentáculo, del que posiblemente escriba más adelante.

Al principio del aprendizaje en el sendero mágico o pagano, una de las ideas que creo que todos tenemos en mente es que si equivocas las palabras del libro en cuestión, o no lo haces todo perfecta y exactamente como te dicen que lo hagas, no tendrá efecto el rito o hechizo que realices, o incluso puede volverse en tu contra.

Cuando llevas ya un buen trozo del camino recorrido, empiezas a verlo todo desde una cierta perspectiva. Quizás repetir las palabras exactas ya no son tan importantes, quizás los objetos y herramientas no sean imprescindibles y cobra relevancia aquello que subyace, el hecho en sí: el círculo, la invocación, la comunión con los dioses, la elevación de energía, el agradecimiento, la celebración...

Así pues, cuando conoces distintas técnicas de brujería te vas dando cuenta de las conexiones que hay entre ellas. En ese momento eres capaz de abstraer los conceptos básicos y es entonces cuando te haces libre, libre para ser creativo y expresar nuestro propio ser a través de la brujería.

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